Foco de atención anual 2009: el Caribe

A Haitian couple stands in the charred ruins of their Saint-Marc home, burned in February 2004 during fighting between rebels and supporters of the former president of Haiti Jean Bertrand Aristide. Photo: © Paul Jeffrey / ACT

Desde el punto de vista ecuménico, el Caribe, las Antillas o las Indias Occidentales comprenden las islas del mar del Caribe (un archipiélago que se extiende desde la Florida (Estados Unidos de América) hasta la costa de Venezuela) y tres naciones de Latinoamérica que delimitan el mar del Caribe: Belice, Guyana y Surinam. El Caribe está constituido por 13 países independientes, y el resto de las islas son colonias, territorios o posesiones de Francia, los Países Bajos, el Reino Unido, los Estados Unidos de América y Venezuela. A pesar de su desconcertante diversidad, esta región tiene una historia común de colonialismo y de neocolonialismo, de imperialismo, de explotación, de conquistas y de esclavitud, así como de resistencia, de dignidad y de lucha por la soberanía. 

Los indígenas -los pacíficos arawaks y los no tan pacíficos caribes- han habitado estas tierras durante más de 2.000 años. Actualmente la mayoría de esos indígenas han desaparecido, exterminados por los conquistadores europeos (excepto en Dominica y Trinidad), bajo el mando de Cristóbal Colón, que llegó a esa región en 1492. Esta fecha marca el comienzo de la dominación económica europea basada en la esclavitud y la producción de azúcar que causó la muerte de millones de indígenas. En la isla de la Hispaniola (actualmente Haití y la República Dominicana), donde Colón pisó tierra en el Caribe, los arawaks fueron aniquilados por los españoles en menos de 25 años. Se trataba de pueblos que poseían sus propias religiones, culturas y lenguas, pero el tratamiento cruel al que fueron sometidos por los misioneros cristianos, que consideraron sus prácticas religiosas como demoníacas, fue un verdadero genocidio y sus religiones fueron extirpadas.

Los esclavos llevados de África para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar, también tenían sus propias lenguas, culturas y creencias religiosas, que fueron asimismo extirpadas. Se impuso un cristianismo triunfalista (con frecuencia de manera brutal) a los nativos que sobrevivieron y a los africanos, de tal modo que, al menos en apariencia, llegó a ser la religión de las colonias recientemente establecidas. 

Los colonizadores franceses y españoles impusieron el catolicismo en las Antillas francesas, Cuba, Trinidad, Santa Lucía y Dominica, en tanto que las iglesias de Inglaterra se implantaron en las Antillas británicas. Estos modelos históricos perduran hasta el presente. Más tarde, llegaron los metodistas, los presbiterianos, los bautistas y los moravos, cuya influencia aún es importante actualmente. 

Después de la abolición de la esclavitud, en la primera mitad de siglo XIX, hubo un período en el que trabajadores originarios de la India, Indonesia y China fueron obligados a trabajar en las plantaciones, y aportaron sus propias culturas y creencias religiosas a Trinidad y Tobago, Surinam y Guyana. 

Haití fue cedido a Francia en l697 y llegó a ser una de las tierras más ricas del Caribe tras la importación masiva de esclavos. A finales del siglo XVIII, los esclavos de Haití, cuyo número era aproximadamente de medio millón, se rebelaron bajo el mando de Toussaint Louverture, y, después de una prolongada lucha, Haití pasó a ser, en 1804, la primera república negra independiente. Sin embargo, la mayor parte de su historia se ha caracterizado por dictaduras, violencia política e invasiones. En la actualidad es el país más pobre del hemisferio occidental. 

En Cuba, la guerra por la independencia de 1868 cobró muchas vidas. En 1959, una revolución terminó con la dominación cultural y económica de los Estados Unidos de América, imponiendo una dictadura represiva, que ha instituido su propia forma de socialismo. 

También ha habido repetidas escaramuzas y golpes de estado en la historia de Granada, Jamaica y Trinidad. El siglo XX ha sido testigo de movimientos de resistencia en toda la región. La mayoría de los territorios británicos del Caribe conquistaron su independencia en los años l960. Esto dio comienzo a una nueva era en la que los dirigentes eran elegidos, en su mayoría, por el pueblo, aunque, después de obtener la independencia, muchos países se han tenido que padecer administraciones públicas débiles y mucha corrupción, y las cuatro décadas que siguieron se caracterizaron por muchas convulsiones y grandes transformaciones culturales, políticas y económicas. 

Desde el punto de vista económico, los países del Caribe se consideran países en desarrollo. Esto significa que, a pesar de su independencia, la mayoría de esos países no son capaces de sobrevivir sin la ayuda de los países del primer mundo. Gran parte de las Antillas es conocida como un paraíso para pasar vacaciones; el turismo es vital para muchos de esos países. Sin embargo, la pobreza es endémica y la mayor parte de los países son económicamente inestables. Las tasas de inflación son elevadas, creando condiciones que favorecen el aumento de la violencia, agravada por la influencia del tráfico ilícito de drogas. Entre los otros problemas que asolan la región cabe mencionar los huracanes, así como la contaminación del agua y el suelo. Situado entre el Norte rico y el Sur pobre, el Caribe comparte la pobreza del Sur aunque sus habitantes aspiran a los modos de vida materialista que prevalecen en el Norte, cuyo consumismo los invade transmitido por los medios de comunicación. 

A lo largo de la historia de los pueblos de la región siempre ha habido personas o grupos que han luchado para que se reconozca la humanidad de las personas oprimidas. Por ejemplo, Montesinos y Bartolomé de las Casas, dos sacerdotes dominicanos, son conocidos como protectores de los indígenas. Los movimientos antiesclavistas han estado encabezados muy a menudo por grupos protestantes como los cuáqueros, los anglicanos, los metodistas y los bautistas. Esos grupos aportaron su ayuda a los negros emancipados para que obtuvieran mayor autonomía. Rápidamente, el número de miembros de esas iglesias fue aumentando con la inclusión de muchas de las familias a las que habían ayudado. 

Ahora bien, a causa de la diversidad existente entre los grupos religiosos y las culturas, las diferentes tradiciones y prácticas se han ido mezclando. Sin embargo, el cristianismo sigue siendo la religión dominante. La teología de la liberación es importante en la región, especialmente si se tiene en cuenta que las personas pueden identificarse fácilmente con el tema del Dios liberador de los oprimidos que se encuentra en el Antiguo Testamento. La iglesia es generalmente ecuménica y está orientada hacia la misión, y muchas denominaciones del Caribe son miembros del Consejo Mundial de Iglesias. La Conferencia de Iglesias del Caribe es la organización más importante, e incluye a la Iglesia Católica Romana.

Fuente: In God's Hands, Common Prayer for the World, Ed. Hugh McCullum and Terry MacArthur, WCC Publications, 2006.

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