¡Gloria a Dios cuando hay paz para las mujeres!
En esta edición, centramos nuestra atención específicamente en la violencia contra las mujeres, que sigue atrayendo la atención de los medios de comunicación internacionales y de nuestras sociedades eclesiales. El desafío es ahora el de mantener el impulso que condujo al movimiento ecuménico a identificar como prioridad la superación de la violencia contra los hombres, las mujeres y nuestros niños. El CEIP nos ofrece una oportunidad única de continuar traduciendo este compromiso en una acción significativa en este Decenio para Superar la Violencia. En realidad, las Cartas Vivas que surgieron del Decenio de Solidaridad de las Iglesias con las Mujeres (1988-1998) se han convertido en el símbolo de la atención pastoral del CMI hacia el mundo ecuménico. Es ahora el momento oportuno para que reexaminemos lo que nuestro compromiso con esta empresa significa en nuestro contexto actual.
Todos estamos familiarizados con los innumerables relatos desgarradores de mujeres víctimas de la violencia; objetos sexuales que se usan y tiran en zonas de conflicto; objetivos fáciles y frecuentemente indefensos en ataques cobardemente xenófobos. Estos relatos ponen en tela de juicio la mentalidad normal simplista que limita la violencia contra la mujer al ámbito del hogar y trata agresivamente de relegar éste flagelo social al terreno del discurso privado. En el movimiento ecuménico, la violencia contra la mujer debería considerarse realmente como la privación de la gloria de Dios. Es ésta injusticia continua y frecuentemente no reconocida la que amenaza con desestabilizar la paz tanto de los hombres como de las mujeres en la iglesia en cuanto siervos fieles de un Dios que se compadece y sustenta.
Por estas razones, el programa de la mujer del CMI trabaja tanto con mujeres como con hombres para afrontar ésta y otras formas de injusticia contra la mujer. Han surgido dos procesos especialmente importantes en nuestro camino hacia el CEIP de mayo de 2011, a saber, (a) la capacidad de reacción de la mujer y (b) la difusión del enfoque de hombres por la unidad de género (gender equitable men - GEM) que continúa creando espacios seguros para la creación de redes con otros hombres. Deberíamos tratar, por lo tanto, de fomentar el desarrollo simultáneo de estos dos procesos en diversas regiones. La consulta sobre la masculinidad, que se celebró en Malawi del 14 al 19 de septiembre de 2008, confirmó la necesidad de incluir perspectivas masculinas (tener en cuenta a los hombres) en la justicia de género. Creó un espacio seguro para que los hombres africanos, asiáticos y caribeños afronten la cuestión de cómo han sido formados como hombres y lo que ello significa en sus contextos de sociedades en cambio continuo.
Ésta y otras muchas actividades previstas contribuirán a asegurar que para 2011, se pueda anunciar el CEIP como una oportunidad para que todos los hombres y mujeres luchen por conseguir un consenso que conduzca en último término a una declaración que estimule y fomente la visión mantenida desde hace tiempo por el CMI de un mundo profundamente comprometido con la vida, el trabajo y el testimonio en favor de una paz justa.
Fulata Lusungu Moyo
Encargada del Programa de la Mujer en la Iglesia y la Sociedad
Consejo Mundial de Iglesias (CMI)
Desde nuestro último número de Fragmentos e Paz de verano 2008, se han celebrado varias consultas de expertos como parte del proceso que conduce a la CEIP:
"Y es manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón." (2 Corintios 3:3)
Las Cartas Vivas son pequeños equipos ecuménicos, integrados por cuatro a seis mujeres y hombres de diferentes partes del mundo y de diferentes confesiones, que han sido testigos de actos de violencia en sus diversas formas y están comprometidos en esfuerzos para lograr una paz justa. Las visitas de Cartas Vivas se consideran una oportunidad excepcional para los países que las reciben permitiéndoles hacer oír su voz acerca de los problemas que les preocupan y respecto de los cuales se debaten a nivel nacional y regional. También son una oportunidad para poner en evidencia la interconexión del Consejo Nacional de Iglesias con las iglesias a nivel mundial y la familia ecuménica en su totalidad. Los países visitados hasta el momento han acogido muy cordialmente a estas visitas y recibido calurosamente a los equipos.
Hasta el presente, las delegaciones de Cartas Vivas han visitado los países siguientes:
En el sitio web del DSV, encontrarán más información sobre las próximas visitas de las Cartas Vivas.
El Grupo de Redacción - encargado de preparar el proyecto de Declaración Internacional sobre la Paz Justa - se reunió por segunda vez, del 18 al 22 de septiembre, en la Missionsakademie de la Universidad de Hamburgo (Alemania). Esta segunda reunión del Grupo estuvo patrocinada generosamente por la Iglesia Luterana local del Norte del Elba.
El Grupo está integrado actualmente por las ocho personas siguientes: Dr. Benga Daniel, Rvda. Dra. Wanda Deifelt, Padre Jacob Kurian, Dr. Hong-Hsin Lin, Dr. Geiko Muller-Fahrenholz (Coordinador del Grupo), Sra. Loreen Iminza Maseno, Dra. Muriel Orevillo-Montenegro, Prof. Larry Rasmussen y Prof. Robert Schreiter. [más información...]
El texto del primer borrador de la Declaración fue enviado a las iglesias miembros del CMI, y se les ha solicitado que nos hagan llegar sus comentarios. Como el actual Grupo de Redacción ya cumplió su misión durante esta segunda reunión, otro Grupo de Redacción será nombrado el próximo año para que integre los comentarios recibidos de las iglesias miembros, facultades de teología y otros. Este segundo Grupo de Redacción tendrá como tarea principal de preparar el texto de la Declaración Sobre la Paz Justa que será presentado a la Convocación en mayo 2011.
Estamos acostumbrados a hacer nuestros dioses a nuestro gusto,
Pensando que nuestra gloria debe consistir en aplastar a sus enemigos,
Ir a la guerra por su voluntad,
Con licencia para matar,
Sin rendir cuentas a nadie.
Tienes que decirnos, Dios nuestro,
Que nuestra gloria reside en tu construcción de la paz
Con nosotros y con la tierra.
Tus ángeles lo saben desde siempre,
Tenían que habernos dicho
Que tu gloria está en el niñito de Belén,
Jesús, tu amor en apariencia humana,
Para que todos lo veamos.
Estamos acostumbrados a creer que el nuestro es un lugar maldito,
Regido por poderes mundiales,
Atormentado por la violencia,
Despreocupado de los que sufren,
Que perdurará sin esperanza.
Tienes que decirnos, Dios nuestro,
Que tu paz está en los pequeños,
Que recuerdas los nombres de los torturados
Inspiras esperanza en los desesperados,
Haces justicia a los pobres,
Y devuelves la dignidad a los humillados.
Ábrenos los corazones, Dios nuestro, para que respetemos tu gloria,
Incorporada en cada ser viviente,
Esperando que renazca en cada ser humano.
Y pídenos a todos que rompamos el hechizo de las guerras,
Para luchar por la justicia, la libertad y la misericordia,
Y la paz para todos.
Abre nuestras mentes, Dios nuestro, para que reconozcamos tu gloria
Que avanza en los ritmos del planeta,
Los océanos y las tierras,
Para que reconozcamos la paz que nos sostiene desde dentro,
Construyamos la paz entre las familias, los clanes y los pueblos,
Contribuyamos a sostener las redes de vida que nos sostienen también a nosotros -
No alejes de nosotros tu paz, oh Dios nuestro.
Por Cristo nuestro Señor
Amen