La sexualidad humana es abordada desde la óptica del consenso por el comité central del CMI
Por Ramiro E. Alvarez (*)
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El diálogo y el consenso marcaron la sesión sobre sexualidad humana durante la reunión del comité central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) realizada en Ginebra del 15 al 22 de febrero.
Durante esta reunión del comité central fue experimentado un método de consenso para la toma de decisiones. A través de éste los temas no son votados, pero hay un espacio para presentar los distintos puntos de vista de modo que sea alcanzando un consenso. El proceso de votación se mantiene sólo para cambios constitucionales, elecciones, auditorías y balances, casos previstos por la Constitución suiza, país donde el CMI tiene su sede legal.
A través del consenso, el CMI ofrece herramientas para que la gran diversidad cultural, teológica y contextual de sus iglesias miembro tenga más espacio y esté representada en la toma de decisiones. Las principales características del consenso son escuchar, dialogar, buscar acuerdos y, cuando eso no es posible, registrar la opinión de la minoría.
Al introducir el tema de la sexualidad humana se aclaró que su tratamiento tendría la forma de una conversación. Más tarde, en una conferencia de prensa, la Dra. Erlinda N. Senturias, moderadora del grupo de referencia establecido por el comité central del CMI para estudiar el tema de la sexualidad después de la asamblea de Harare, en 1998, agregó que el CMI no está pensando actualmente en producir ninguna declaración sobre sexualidad, y que el papel del Consejo es el de facilitar un espacio para la discusión del tema.
El moderador de la sesión, obispo Eberhardt Renz, de la Iglesia Evangélica en Alemania, señaló que "las iglesias no estamos preparadas, por eso elegimos el silencio". Por eso consideró a este tipo de "conversación" como un espacio para "intercambiar experiencias, conocimientos y ayudarnos en comunión de iglesias".
El Rev. Leonid Kishkovsky, de la Iglesia Ortodoxa en América y también miembro del grupo de referencia, reconoció que "Las cuestiones éticas sobre la sexualidad dividen a las iglesias, y lo mismo ocurre en la convivencia humana".
Kishkovsky destacó además que los pecados y fracasos éticos están en todas las comunidades cristianas, por lo que consideró que "el desafío que las iglesias enfrentan hoy, es salir al encuentro de las realidades humanas con discernimiento, compasión, verdad y una actitud orientada a la sanidad".
Senturias señaló que "Los seres humanos son seres sexuales. Afirmamos que la sexualidad humana es hermosa y es un regalo de Dios a la humanidad". Asimismo reconoció que "mucha gente necesita una guía para tratar de manera responsable a su cuerpo y su sexualidad".
El Dr. Fr. Marco George Mathew Nalunnakkal, de la Iglesia Ortodoxa Siria y miembro del grupo de referencia, consideró que el mayor problema está en la forma de interpretar la Biblia: si sólo ésta determina nuestras reflexiones éticas, o si la tradición y la razón tienen un papel complementario en el discurso moral, con la posibilidad de varias interpretaciones de los mismos textos en diversos contextos culturales.
Luego de la presentación del grupo de referencia, entre las reacciones del plenario se remarcó la necesidad de continuar trabajando en el tema: "Necesitamos tiempo para poder acercarnos y comunicarnos", dijo el obispo Dr. Martin Hein de la Iglesia Evangélica en Alemania.
Por su parte, la pastora Wies L. J. Houweling, de la Iglesia Protestante en los Países Bajos, dijo estar "complacida con las discusiones", mientras que el monseñor John A. Radano, del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, señaló que "El mundo necesita ver a los cristianos pasar de la discusión al diálogo".
Al ser consultado acerca de sus impresiones sobre el plenario, el obispo Federico J. Pagura, de la Iglesia Metodista Argentina y presidente del CMI por la región latinoamericana, dijo sentir satisfacción por el trabajo sobre este tema, en tiempos en que "la sociedad contemporánea experimenta una de sus crisis éticas más profundas".
"Además, - agregó - temas como la homosexualidad, la transexualidad, la prostitución, el aborto, etcétera, plantean preguntas muy serias a nuestras comunidades, y en particular a nuestras iglesias. Todo esto presenta un tremendo desafío al movimiento ecuménico y específicamente a los trabajos que se realizarán en la próxima asamblea del CMI en Porto Alegre".
En referencia a los procedimientos ensayados acerca de la metodología de consenso, Senturias destacó que "es un paso adelante para comprender que hablar sin confrontación es bueno. Esperamos que este proceso no termine aquí y que otras iglesias retomen la discusión, con un espíritu de amor, apertura y justicia".
"Esta sesión ha demostrado que es posible mantener una conversación sobre un tema controvertido, sin que resulte amenazante a los participantes", dijo Kishkovsky a la prensa luego de la sesión. "Es posible que los ortodoxos se sientan más confortables para participar de futuras discusiones, sabiendo que tienen lugar en un espacio seguro", concluyó. [808 palabras]
(*) Ramiro E. Alvarez, periodista y colaborador en el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), Argentina.
Información adicional:
www.wcc-coe.org/wcc/who/sexuality.html
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