Zimbabwe necesita ayuda de emergencia y aplazar la segunda vuelta de la elección, dice joven dirigente ecuménico
La segunda vuelta de la elección presidencial en Zimbabwe debería ser aplazada, afirmó un joven dirigente del Movimiento de Estudiantes Cristianos del país, durante una visita a Suiza para pedir apoyo de las iglesias por la crisis humanitaria en ese país sudafricano.
Prosper Munatsi, secretario general del Movimiento de Estudiantes Cristianos de Zimbabwe, esperaba visitar Ginebra la tercera semana de junio para dar testimonio de la crisis política y humanitaria en Zimbabwe ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En cambio, fue encarcelado cuando el Centro Ecuménico de Harare, donde tienen sus oficinas varios grupos cristianos, fue allanado por la policía y las fuerzas de seguridad de Zimbabwe el 9 de junio.
Su experiencia en prisión y sus conocimientos de primera mano sobre la situación del país lo motivan a pedir que se aplacen las elecciones y se produzca alguna forma de intervención internacional.
Aunque anteriormente había sufrido prisión durante períodos más largos, su más reciente estancia de 24 horas en la cárcel "fue aterradora", dice Munatsi. Además de la intimidación y las noticias de personas asesinadas durante la detención, el lugar "no es adecuado para alojar a seres humanos", afirma. No había agua ni electricidad ni mantas y los detenidos tenían que dormir "sobre el frío suelo" en pleno invierno.
La descripción que hace Munatsi de la prisión de Harare donde él y varios otros miembros de organizaciones cristianas estuvieron detenidos, es una instantánea de la situación en Zimbabwe. "La violencia se ha desbordado", dice Munatsi. Si antes afectaba sobre todo a las zonas rurales, ahora se ha extendido "a todo el país". La falta de alimentos es "realmente crítica", ya que la mitad de la población, incluidos casi dos millones de niños, "corre el riesgo de morir de inanición".
Pedir apoyo a organizaciones ecuménicas e iglesias fue una de las principales finalidades de la breve visita de Munatsi a Ginebra, Basilea y Berna los días previos a la elección. La crisis humanitaria exige una intervención urgente de las iglesias. Además del problema de alimentos, cerca de 40 mil personas han sido desplazadas internamente y carecen de casi todo, especialmente de acceso a servicios de salud. Las iglesias locales hacen lo que pueden, pero han agotado sus recursos. "Las dimensiones de la crisis son tales que ya no pueden ayudar, hospedar y alimentar a la población."
Mugabe no puede matar a todos los zimbabwenses
Mientras el pueblo de Zimbabwe ha intentado por todos los medios llegar a una solución no violenta, democrática y pacífica de la crisis, dice Munatsi, los esfuerzos de las iglesias no se limitan a la ayuda humanitaria. Éstas "están dispuestas a observar la elección", pero el gobierno del Presidente Robert Mugabe sostiene que las "iglesias deben limitarse al púlpito". Al no permitir a las iglesias que designen observadores electorales, "se les han negado sus derechos democráticos".
¿Están decepcionados los zimbabwenses con el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, que ha retirado su candidatura, impidiéndoles así en cierto modo ejercer su derecho de voto? "No, no lo estamos", dice Munatsi. "Era lo que debía hacer, porque valoró más las vidas de los zimbabwenses que cualquier ambición política."
En este momento, los observadores electorales enviados por la comunidad internacional "están observando los asesinatos", señala Munatsi. En las condiciones actuales "es preciso aplazar" la elección y "la comunidad internacional debe intervenir para detener esta violencia y locura, esta guerra contra el inocente e indefenso pueblo de Zimbabwe". Munatsi piensa que hay que desplegar "observadores de paz" y establecer mecanismos "para crear un ambiente político que conduzca a elecciones libres y justas".
Tras haber sido encarcelado dos veces en los dos últimos meses, Munatsi vuelve a su país para ocupar su puesto como dirigente de una organización ecuménica de jóvenes cristianos que no puede mantener un registro de sus aproximadamente tres mil miembros por miedo a la represión política. En Harare se encontrará con oficinas de las que han desaparecido los muebles, han sido confiscados los materiales y robados los ordenadores, lo que ha dejado al personal de la organización sin lugar ni medios para trabajar.
Pero Munatsi no tiene miedo a volver. "Mugabe no puede matar a todos los zimbabwenses", afirma. "Tenemos que ser lo suficientemente valientes y trabajar por el pueblo" para que todos puedan vivir libres y "disfrutar de los derechos que Dios les ha concedido".
Pasajes en audio de esta entrevista (en inglés, 3.13 MB)
Fotografía en alta resolución gratuita de Prosper Munatsi
Ver también el comunicado de prensa del CMI del 24 de junio de 2008: "Organismos ecuménicos mundiales piden a la comunidad internacional que incremente sus esfuerzos en Zimbabwe"
Invitación del CMI a orar por Zimbabwe
Iglesias miembros del CMI en Zimbabwe (en inglés)