También en el "pacífico Uruguay" las iglesias buscan superar la violencia
Desmontando el mito del "paisito pacífico", un equipo ecuménico internacional de Cartas Vivas visitó el Uruguay y aprendió cómo se manifiesta la violencia en los ámbitos de la familia, el Estado y la juventud, y cuáles son algunas de las respuestas de las iglesias de ese país sudamericano.
"A algunos de los miembros del equipo de Cartas Vivas, el encuentro con la realidad uruguaya les cambió la visión idílica con la que llegaron al país", afirmó el pastor Oscar Bolioli, presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas del Uruguay, anfitriona de la visita.
"Ésta no es una sociedad pacífica", sostuvo el historiador y docente universitario Gerardo Caetano hablando a los miembros del equipo de Cartas Vivas provenientes de Alemania, Noruega, Bolivia, Argentina, Brasil y Kenia que visitaron el Uruguay del 9 al 11 de julio.
Una iniciativa del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), las Cartas Vivas son pequeños equipos ecuménicos que visitan iglesias en distintos países para escuchar, aprender y compartir formas de respuesta ante los desafíos de superar la violencia y fomentar la paz.
Según Caetano, ha habido en la sociedad uruguaya un quiebre que se expresa en la aparición de ghettos de pobres y ghettos de ricos. La sociedad tiene dificultades para asumir sus conflictos. "Es un país que explota para adentro", afirmó Caetano.
Mientras los actores políticos son incapaces de reflexionar en profundidad sobre el tema, dijo Caetano, se instala el mito de que la violencia se origina en los sectores marginados, y se sospecha de los jóvenes.
La "criminalización" de los jóvenes fue subrayada por Alba Negrín, doctora especialista en adicciones. Negrín explicó que, contrariamente a lo que suele creerse, la adicción más extendida es la que tiene por objeto el alcohol.
Una de las expresiones de la violencia es la que se da al interior de las familias. Este fenómeno siempre existió pero escondido, explicó Lilian Abracinskas, una militante por los derechos de la mujer. La diferencia es que ahora "la gente se anima a hablar" y más casos salen a la superficie.
Las heridas del terrorismo de Estado
El caso de los detenidos desaparecidos durante la dictadura que gobernó el país entre 1973 y 1985 es un tema pendiente en la agenda de la democracia uruguaya, sostuvo Eduardo Pirotto, del Servicio de Paz y Justicia.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos han documentado cerca de 300 casos de desaparición forzada. Una Comisión para la Paz confirmó en 2002 que 81 personas (26 en Uruguay y 55 en Argentina) fueron secuestradas, torturadas y asesinadas en centros clandestinos de reclusión entre 1971 y 1981.
Sucesivos gobiernos democráticos carecieron de voluntad política para esclarecer la verdad y llevar a juicio a los responsables de esos crímenes, subrayó Pirotto. Para ello, dijo, se ampararon en una ley de amnistía de 1986, ratificada por el voto ciudadano en un plebiscito en 1989. Un nuevo plebiscito para derogar esa ley tendrá lugar en octubre próximo.
Un testimonio de primera mano sobre la lucha de las víctimas del terrorismo de Estado por la verdad fue el de Macarena Gelman. Hija de padres argentinos desaparecidos, Gelman nació en noviembre de 1976 en Uruguay, adonde su madre había sido trasladada detenida en el marco del plan de coordinación represiva de las dictaduras sudamericanas.
Adoptada por un policía, la joven recuperó su identidad en 2000, luego del fallecimiento de su padre adoptivo y gracias a la búsqueda incansable de su abuelo, el internacionalmente reconocido poeta argentino Juan Gelman. Hoy, Macarena Gelman sigue buscando conocer la verdad sobre la suerte corrida por su madre, y conserva la esperanza de que se haga justicia con los detenidos desaparecidos.
Su testimonio representa el de muchos otros familiares que también buscan a sus seres queridos desaparecidos, dijo Bolioli. "En cierta forma habla de la fragilidad de la democracia uruguaya, violentada por un reducido grupo que se cree por encima de la ley, dueño de la verdad y destino de las personas."
Las iglesias trabajan para superar la violencia
El equipo de Cartas Vivas visitó diversos trabajos llevados a cabo por las iglesias uruguayas y otras organizaciones de la sociedad civil, como la Pastoral de la Mujer y la Familia, de la Iglesia Metodista en el Uruguay, y el Instituto de Buena Voluntad, de la misma iglesia. Este último trabaja en la formación adolescentes con capacidades diferentes.
En la Fundación "Voz de la Mujer", una organización pionera en el departamento de Colonia, los miembros del equipo de Cartas Vivas tuvieron oportunidad de conocer el trabajo que desde 1992 ésta lleva a cabo con mujeres, niñas, niños y adolescentes en situación de violencia familiar y abuso sexual. La Fundación, formada por personas de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata, realiza tareas de intervención, prevención y capacitación, y tiene presencia en hospitales, escuelas, iglesias, y otras instituciones.
El equipo de Cartas Vivas mantuvo un encuentro con representantes de la Primera Campaña Nacional de 'Vacunación' contra el maltrato hacia niños y adolescentes, lanzada en 2003 bajo el nombre "Un trato por un buen trato". La campaña consiste en una vacunación simbólica con el objetivo de sensibilizar a la sociedad. Las personas 'vacunadas' se comprometen a escuchar a los niños y adolescentes víctimas de maltrato, a creerles y a protegerlos.
En la Obra Ecumenica del Barrio Borro, una iniciativa de la Federación de Iglesias Evangélicas del Uruguay, el equipo de Cartas Vivas entró en contacto con un trabajo de dos décadas dirigido a niños, jóvenes y mujeres de una zona al norte de la ciudad capital Montevideo, donde viven varios miles de familias de escasos recursos. Este trabajo se basa en la convicción de que la sociedad debe promover a los sectores excluidos en vez de reprimir los efectos de un sistema social injusto.
"Estos encuentros permitieron a los miembros del equipo de Cartas Vivas hacerse una idea de los esfuerzos de las iglesias frente a las realidades de la sociedad uruguaya", dijo Bolioli. La visita concluyó con un diálogo con laicos y pastores de Montevideo.
Para las iglesias de la Federación, a su turno, la visita representó una oportunidad de "sistematizar su pensamiento y revisar sus posibilidades de respuesta a la violencia, especialmente de cara a las elecciones nacionales de octubre próximo", afirmó Bolioli.
Las visitas de Cartas Vivas se organizan en el contexto del Decenio del CMI para Superar la Violencia, con el fin de preparar la Convocatoria Ecuménica Internacional por la Paz a celebrarse en Kingston, Jamaica, en mayo de 2011.
Información sobre y fotos de la visita de Cartas Vivas a Uruguay y Bolivia
Iglesias miembros del CMI en Uruguay