El pueblo colombiano quiere y merece la paz, dicen Cartas Vivas
"Ya basta! El pueblo de Colombia quiere la paz y merece la paz." Con este mensaje emprendieron el regreso a sus países los miembros del equipo ecuménico de Cartas Vivas que visitó el país sudamericano a comienzos de diciembre.
"El mensaje que nos llevamos es muy claro", dijo el pastor Christopher Ferguson al término de la visita: "Los campesinos, los desplazados, los pueblos indígenas están pidiendo a gritos que les devuelvan sus tierras, que haya justicia, que el gobierno cumpla sus promesas, que cese la violencia. En suma: Ya basta! El pueblo de Colombia quiere la paz y merece la paz."
Ferguson, representante del CMI ante las Naciones Unidas basado en Nueva York, enfatizó que, si bien sólo los colombianos pueden construir la paz en su propio país, le toca a la comunidad internacional apoyarlos en esa empresa. Esta última, sin embargo, hoy es cómplice al "pasar por alto las situaciones de desplazamiento forzado masivo y desapariciones".
"Cartas Vivas" son pequeños equipos que en el marco del Decenio para Superar la Violencia auspiciado por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) viajan a distintas partes del mundo donde cristianos se esfuerzan por promover la paz en medio de situaciones de violencia. El objetivo es expresar la solidaridad de la comunidad ecuménica y aprender del modo en que son afrontados los desafíos en la región visitada.
La visita a iglesias, organizaciones ecuménicas y movimientos de la sociedad civil colombiana tuvo lugar del 6 al 12 de diciembre. El programa incluyó la capital Bogotá, la ciudad de Barranquilla en el norte del país, y localidades en regiones del oeste y noroeste muy castigadas por la violencia armada y el desplazamiento forzado de habitantes.
"Es sumamente valioso el trabajo de las iglesias que integran la Red Ecuménica de Colombia", afirmó el obispo (emérito) Aldo Etchegoyen, de la Iglesia Evangélica Metodista en la Argentina. "Las iglesias son la primeras en solidarizarse con las víctimas y están muy comprometidas con la defensa de los derechos humanos; en algunas regiones sus pastores llevan a cabo un ministerio difícil y peligroso."
Resistiendo la violencia en varios frentes
Colombia, uno de los países más violentos del mundo, sufre desde la década de 1960 las consecuencias de un conflicto armado en el que son actores el ejército, dos grupos de rebeldes de izquierda y paramilitares de derecha. Decenas de miles de colombianos han sido asesinados mientras unos tres millones han debido huir de sus hogares. El crimen relacionado con la producción y comercialización de droga agrava aún más el panorama.
En Bogotá el equipo de Cartas Vivas participó en la IV Jornada de Oración por la libertad de los secuestrados y la verdad sobre los desaparecidos, que tuvo lugar en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia el 7 de diciembre.
Se estima que unas tres mil personas han sido secuestradas y son mantenidas como rehenes por diferentes grupos rebeldes, incluyendo las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
El número de desapariciones forzadas cometidas por las fuerzas armadas y grupos paramilitares como parte de su estrategia contrainsurgente es difícil de estimar. De acuerdo a Amnistía Internacional la cifra puede hallarse entre los 15 mil casos que investiga la oficina del fiscal general y los 30 mil denunciados por organizaciones defensoras de derechos humanos.
El 10 de diciembre, en coincidencia con el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la delegación participó en Barranquilla de una marcha organizada por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado. Este movimiento es un conglomerado de organizaciones no gubernamentales que reivindica justicia para las víctimas 'olvidadas' de la violencia paramilitar o de fuerzas estatales en Colombia.
La visita y los testimonios recogidos permitieron al equipo expresar un punto de vista crítico sobre la acción del gobierno del presidente Álvaro Uribe. "Hay una gran contradicción entre la acción de un gobierno que pretende mostrarse como democrático pero presenta serios rasgos de autoritarismo", dijo Etchegoyen. Él también criticó el llamado 'Plan Colombia', por el cual los Estados Unidos destinan "elevadísimos recursos económicos para compra de armas bajo el manto de ayuda humanitaria".
El equipo subrayó el trabajo de las iglesias y organizaciones ecuménicas y sociales locales. "Hemos visto prácticas muy concretas e interesantes de resistencia pacífica a la violencia", dijo Ferguson. "Un ejemplo es el establecimiento de comunidades de campesinos en zonas humanitarias, donde encuentran refugio de la violencia armada y pueden reclamar su derecho a tierras de las cuales fueron expulsados por la violencia armada en beneficio de mega proyectos económicos que cuentan con la connivencia del estado", agregó.
Solidaridad ecuménica en acción
"A través de la presencia de este grupo hemos sentido que iglesias del mundo entero han estado aquí, dándonos fuerza espiritual, coraje, ánimo para que perseveremos como iglesia en el compromiso con la vida de quienes sufren el desplazamiento forzado", dijo la pastora Gloria Ulloa, secretaria ejecutiva del Presbiterio de la Costa de la Iglesia Presbiteriana de Colombia.
"Fue impactante escuchar al obispo Solito Toquero, de la Iglesia Metodista Unida en las Filipinas, y observar tantas similitudes en las condiciones de conflicto en su país y en el nuestro", agregó Ulloa. "El compromiso de las iglesias filipinas nos renueva para seguir adelante con el nuestro."
El secretario ejecutivo de la Red Ecuménica de Colombia Osvaldo Ardila agradeció al equipo por haber llevado a cabo "una jornada dura, pero llena de esperanza, de solidaridad, de acompañamiento pastoral a las iglesias, familias comunidades y movimientos".
Para el pastor Jorge Ziljstra, secretario para el Caribe y la Gran Colombia del Consejo Latinoamericano de Iglesias basado en Puerto Rico, la misión de las Carta Vivas no termina con la visita al país en cuestión. "Cuando uno envía una carta espera una respuesta, y quizás nosotros pudiéramos ser de ahora en adelante 'cartas vivas' de Colombia para el mundo, llevando la voz de quienes están sufriendo a aquellos lugares donde no se conoce la realidad que vive este país."
Información adicional sobre la visita de Cartas Vivas a Colombia
Iglesias miembros del CMI en Colombia (en inglés)