Un centro de venta de automóviles de segunda mano en un cementerio cristiano demuestra las dificultades de los cristianos del Sudán
Por Juan Michel (*)
En Jartum, capital de Sudán, los cristianos tienen dificultades para tener su propio hogar incluso después de la muerte. El cementerio cristiano de la ciudad, que se ha convertido en centro de venta de automóviles de segunda mano, demuestra claramente los problemas con que se enfrenta la comunidad cristiana minoritaria en el norte, parte predominantemente musulmana del país.
El principal y único cementerio cristiano 'oficial' de esta ciudad de unos 8 millones de habitantes ocupa 1,6 hectáreas de tierra, que el antiguo vicepresidente Abel Alier concedió a las iglesias de Jartum con esa finalidad en 1975. El Consejo de Iglesias del Sudán mantiene los derechos de propiedad en nombre de sus iglesias miembros.
Para utilizar racionalmente el espacio, se dividió el terreno en dos mitades y se permitieron los enterramientos sólo en una de ellas. El plan era comenzar a utilizar la segunda mitad del terreno una vez que la capacidad de la primera hubiera alcanzado sus límites, lo que iba a suceder pronto.
Pero en noviembre de 2007, la parte no utilizada del cementerio fue ocupada por intrusos que instalaron una tienda y comenzaron a gestionar un mercado de animales. "¿Pueden ustedes imaginarse?", - pregunta el Rev. Peter Tibi, secretario general del Consejo de Iglesias del Sudán - "se están vendiendo animales en un lugar que por su naturaleza es tierra sagrada".
Ante la fuerte protesta inicial de los dirigentes de las iglesias, se quitó de ese lugar el mercado de ganado, que se organiza ahora algo más lejos. Pero las ovejas y cabras fueron sustituidas rápidamente con automóviles usados. La amplia superficie llana pareció a los comerciantes un excelente lugar para la exposición y prueba de los automóviles.
La ocupación ilegal del cementerio cristiano fue uno de los problemas que se planteó el 27 de marzo al ministro de planificación y recursos, Hassan El Tighani, cuando recibió a un equipo ecuménico internacional de representantes de iglesias presidido por el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rev. Dr. Samuel Kobia. El grupo iba acompañado por dirigentes del Consejo de Iglesias del Sudán, que acogió la visita.
"Sufrí una profunda conmoción cuando me enteré de que un mercado de animales estaba profanando un lugar que debería ser sagrado", dijo Kobia al ministro, instándole a que buscara una rápida solución al problema. Tighani dijo que compartía la preocupación y aseguró a la delegación su compromiso de plantear la cuestión en el consejo de ministros nacionales.
El grupo ecuménico que visitó la capital del país fue uno de los cuatro equipos que viajaron en diferentes regiones, incluyendo Darfur, Rumbek y Yambio. La visita de solidaridad de ocho días realizada por iglesias y organizaciones ecuménicas en Sudán, del 26 de marzo al 2 de abril, incluyó una conferencia de tres días con dirigentes de iglesias, mujeres y jóvenes, que se celebró en Juba, la capital del Sur del Sudán.
La visita se realizó casi a mitad del período interino establecido por el Acuerdo General de Paz de 2005, que puso fin a 21 años de una devastadora guerra civil entre el norte y el sur que causó 2 millones de muertos y 4 millones de desplazados, y fue acogida por el Consejo de Iglesias del Sudán como algo que llegaba "en un momento oportuno de la historia de Sudán".
Permitió a representantes de la familia ecuménica mundial informarse sobre las esperanzas, alegrías y penas de las iglesias del Sudán, las cuales, según afirmaron, se enfrentan "con enormes tareas y desafíos". Algunos de tales problemas se derivan de la situación posterior a la guerra, así como del conflicto armado en curso en la región occidental de Darfur, pero otros tienen sus raíces en la situación de minoría religiosa en que viven las iglesias en la parte norte, predominantemente musulmana, del país.
Los cristianos representan en Sudán un 17% de una población total estimada en 39 millones de habitantes, pero su distribución no es uniforme. La mayoría de ellos, tal vez el 90%, viven en la parte sur del país, mientras que son mucho menos en el norte. El Consejo de Iglesias está integrado por 14 iglesias miembros, entre las que figuran la Iglesia Católica Romana e Iglesias Episcopales, así como Iglesias Ortodoxas, Protestantes, Pentecostales y Africanas Independientes. El cuerpo evangélico es la Asociación Cristiana Evangélica del Sudán, que está afiliada a la Alianza Evangélica Mundial. Además de musulmanes y cristianos, hay también un 10% de creyentes de religiones tradicionales africanas.
Como consecuencia de su condición de minoría religiosa, las iglesias del Sudán se enfrentan a veces con dificultades insuperables para conseguir un pedazo de terreno en el que construir sus instalaciones. Algunas han visto incluso confiscados sus templos por el gobierno nacional o por el gobierno del estado de Jartum.
"Tardé unos 10 años en conseguir mi propia parcela; esto es completamente normal cuando se trata de la propiedad de la tierra en Sudán", dijo Tighani a la delegación ecuménica. No obstante, afirmó que su oficina estaba interviniendo en algunos casos para ayudar a superar procedimientos complicados. Dijo también que algunas mezquitas han sido expropiadas igualmente por el ministerio de desarrollo de la ciudad.
El problema de las ventas de automóviles en el cementerio cristiano de Jartum figuró también en primer plano en las conversaciones de la delegación ecuménica con la Comisión Especial de Derechos de los no Musulmanes en la capital nacional.
Con el nombre de 'No-Musulmanes', que es un eufemismo para indicar a los 'Cristianos', la comisión es un órgano establecido por la Constitución provisional del país, cuyo fin es asesorar al presidente Omar El Bashir. La mitad de los miembros de la comisión son cristianos y la otra mitad son musulmanes. Se ocupa principalmente de cuestiones derivadas de la aplicación de la ley religiosa islámica, Sharia, con respecto a los cristianos.
"El mercado de animales que funcionaba en el cementerio constituía un grave insulto ", reconoció el secretario general de la comisión, Abdul-Majeed Khojali, que es musulmán. El presidente cristiano de la comisión, Joshua Dau Diu, aseguró a los miembros de la visita ecuménica que el problema "no sólo preocupaba a los cristianos, sino también a los miembros musulmanes del organismo que habían protestado severamente contra la situación". Pero sigue siendo "un misterio" por qué no se resuelve el problema, dijo Dau.
Misterio o no, el problema está poniendo a prueba el alcance y la solidez de la "coexistencia" entre los musulmanes y los cristianos, en favor de la cual el Consejo Interreligioso del Sudán está trabajando desde 2002. Dicho Consejo, que es una ONG independiente, se ha preocupado del problema del cementerio cristiano. "Realizamos nuestro trabajo pasando casi desapercibidos, pero hemos conseguido ser muy eficaces en algunos casos", dijo el Dr. Faruk Bushra, secretario general del Consejo.
"Sin embargo, las autoridades están tratando el problema con ligereza", dice Tibi. Existe el temor de que la gente de las iglesias pueda tener la tentación de adoptar medidas por sí misma. "Dios no ha impedido que la gente siga muriendo y hay que enterrarla. Se están acabando el tiempo y la paciencia".
(*) Juan Michel, oficial del CMI para las relaciones con los miembros de comunicación, es miembro de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata en Buenos Aires, Argentina.
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Juan Michel +41-79-507-6363
Marina Peter +249-9-1538-2103 (Jartum) +256-4-7714-2659 (Juba)
Más información sobre la visita
Iglesias miembros del CMI en Sudán (en inglés)