Las iglesias buscan en Asís la paz y la justicia mediante el diálogo
En una reunión interreligiosa celebrada en Asís, convocada por el Papa Benedicto XVI, el Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rev. Dr. Olav Fykse Tveit dijo: “La cruz no es símbolo de cruzadas; es un símbolo del amor de Dios, que a todos abraza”. Encomió el papel de “los jóvenes artífices del cambio” en pro de la paz, y pidió a los líderes religiosos que participaran en el diálogo, resolvieran los conflictos y aceptaran “al otro”.
La intervención de Tveit tenía lugar en una “Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo”, celebrada el 27 de octubre, reunión interreligiosa convocada por el Papa, cuyo título fue “Peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz”.
El evento, que congregó a líderes religiosos de entornos diversos, daba seguimiento a una tradición iniciada por el Papa Juan Pablo II, que hace 25 años celebró esta reunión en la ciudad de Asís.
Poniendo el ejemplo de Francisco de Asís, Tveit puso de manifiesto la función de los “jóvenes artífices del cambio”.
“Francisco era un muchacho joven cuando consagró su vida a Dios. Su pasión por la bondad de la creación y su representación de un decidido arrojo en busca de la paz revelan la importancia de la fe y el coraje de los jóvenes”, añadió.
“Las ideas y las contribuciones de la gente joven son imprescindibles para la paz en el mundo. En la actualidad, un gran obstáculo para una paz justa es el elevado nivel de desempleo juvenil de todo el mundo. Necesitamos la visión y el coraje de los jóvenes para lograr los cambios necesarios; en muchos países, hoy lideran los procesos de democratización y de paz.”
En representación de las 349 iglesias miembros del CMI, Tveit subrayó la necesidad de un "espacio seguro”, para que todas las religiones participaran en el diálogo, sin rehuir la solución del problema.
“Los conflictos de intereses provocan el sufrimiento de la población: los conflictos en torno a Jerusalén no están resueltos. Esa ciudad, santa para judíos, cristianos y musulmanes, es un símbolo patente de nuestra añoranza, nuestros más fervientes anhelos, nuestro amor por la belleza y nuestro deseo de rendir culto a Dios. Sin embargo, también es un fuerte recordatorio de la forma en que lo mejor también puede dar un giro negativo.”
Tveit añadió: “Como líderes religiosos, oremos por la justicia y la paz para Jerusalén y para todos sus habitantes. De modo misterioso, Jerusalén no sólo desvela estas realidades acerca de la condición humana, sino que además nos insta a acometerlas.”
Tveit iba acompañado de Clare Amos, responsable del Programa del CMI sobre Diálogo y cooperación interreligiosos, quien calificó el encuentro de Asís de importante acontecimiento, por su potencial como diálogo provechoso para la paz y la justicia en el mundo.
“Está muy bien que esta reunión se viva como una peregrinación. Nos congregamos aquí compartiendo un espíritu peregrino de humildad, y como todos los peregrinos, viajamos esperanzados en que seremos transformados a través de nuestro viaje, y que posteriormente regresaremos a nuestra realidad cotidiana a trabajar por la verdad y por la paz con una visión y una determinación renovadas”, dijo Amos.
Texto completo de la alocución del Secretario General del CMI en Asís
Programa del CMI sobre Diálogo y cooperación interreligiosos
Los jóvenes en el movimiento ecuménico